Identificación de los posibles factores de riesgo para la calidad ambiental interior en oficinas

El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) ha publicado un documento, dirigido a técnicos de prevención, con el objetivo de facilitar la identificación de posibles factores de riesgo para la Calidad Ambiental Interior en oficinas y la priorización en la adopción de medidas preventivas.
CALIDAD DE AMBIENTE INTERIOR EN OFICINAS
Identificación, análisis y priorización de actuación frente al riesgo
Este documento del INSHT es un extenso cuestionario, especialmente diseñado para valorar los puestos de trabajo ubicados en edificios de oficinas, excluyendo otro tipo de instalaciones. Se trata de una herramienta práctica para la identificación de los posibles factores de riesgo para la CAI y la priorización en la adopción de medidas preventivas, para intentar proporcionar ambientes de trabajo más saludables.
El documento pone de manifiesto el gran impacto que diferentes variables ambientales pueden llegar a tener sobre la calidad de ambiente interior existente en este tipo de puestos de trabajo.
Los principales factores ambientales que influyen en la calidad del entorno laboral son: el ambiente térmico, la calidad del aire, el ruido y las vibraciones, así como la iluminación del puesto de trabajo. Todos ellos pueden verse influidos por factores externos e internos y son determinantes en la potencial aparición de sintomas en las personas que desarrollan su actividad profesional en oficinas.
El cuestionario propuesto por el INSHT incluye una serie de preguntas distribuidas en tres fichas:
Ficha 1: Aspectos relacionados con el edificio.
Recoge información sobre las características del entorno en el que está ubicado el edificio, sobre el propio edificio y sus instalaciones y sobre el adecuado mantenimiento de éstas. Se contemplan aspectos como:

  • La ubicación del edificio en un entorno rural, industrial o urbano puede condicionar y afectar a la CAI de los edificios de oficinas. El aire que se encuentra en el interior de un edificio ventilado mecánicamente es una mezcla de aire exterior que se introduce continuamente y aire interior que se recircula. Por lo tanto, un porcentaje del aire interior es aire exterior. Por tanto, los posibles contaminantes químicos y biológicos presentes en el exterior pueden condicionar de manera importante la CAI del edificio.
  • Los materiales presentes en el edificio. En función del año de construcción del edificio y de las características del mismo, así como de los usos anteriores, podría existir la presencia de amianto, fibras minerales artificiales (FMA) o materiales graníticos que, en determinadas circunstancias, pueden ser factores de riesgo a tener en cuenta.
  • La presencia de un garaje en el propio edificio puede provocar la entrada en el mismo, a través de los conductos de ventilación o bien de los tiros de escalera, de contaminación procedente de los motores de combustión de los vehículos.
  • La temperatura. La percepción del ambiente térmico es una de las principales fuentes de molestias en un entorno laboral. La susceptibilidad individual de cada trabajador hace que la apreciación del ambiente térmico sea bastante dispar entre las personas. Por este motivo, cuanto mayor capacidad de control tenga el trabajador sobre el sistema de ventilación/ climatización, mejor se va a poder adaptar a las necesidades particulares.
  • El adecuado mantenimiento del edificio e instalaciones. Unos programas inadecuados de mantenimiento, limpieza y desinfección del edificio o de cualquiera de sus áreas de trabajo podrán ser un factor de riesgo que origine deficiencias en la CAI.
    Por ejemplo: si el mantenimiento del sistema de climatización no es correcto, pueden proliferar diversos agentes biológicos, como la Legionella, que pueden pasar al ambiente, pues se puede acumular agua estancada en el sistema de ventilación, en humidificadores y en torres de refrigeración.
  • Llevar a cabo los mantenimientos, limpiezas, desinsectaciones y desratizaciones, de modo que no afecten a los ocupantes.
    Muchos productos de limpieza y detergentes presentan en su composición compuestos volátiles que se liberan al ambiente tras su aplicación. La exposición a corto plazo a estos compuestos orgánicos volátiles puede causar, entre otros, efectos neurológicos (por ejemplo: tricloroetileno, tolueno, xileno), irritativos (por ejemplo:limoneno), inmunológicos (por ejemplo: benceno), o respiratorios (por ejemplo: formaldehido). Además, la exposición a largo plazo a algunos de estos compuestos puede causar lesiones en diversos órganos, e, incluso, cáncer.
    Por tanto, y en la medida de lo posible, sería deseable que las operaciones de limpieza y mantenimiento, por ejemplo actividades de limpieza general, limpieza de filtros de los sistemas de climatización, pulido de suelos, etc., se llevaran a cabo cuando los trabajadores no estén presentes en sus puestos de trabajo.
    En relación con los pesticidas, la mayoría son tóxicos para el ser humano, por lo que una exposición a los mismos puede originar efectos perjudiciales en la salud del trabajador en función del tiempo de exposición y la concentración presente del pesticida. Además, muchos de ellos presentan el problema adicional de su persistencia en el ambiente, debido a su naturaleza química y al modo de aplicación. Por tanto, es muy recomendable realizar estas operaciones de desinsectación y desratización fuera del horario de trabajo. Después del tratamiento se deben respetar los plazos de seguridad según
    la información suministrada por el fabricante. Tras ese plazo, la zona debe estar correctamente ventilada antes de que los trabajadores accedan a ella.

Ficha 2: Aspectos relacionados con la zona de estudio
Esta ficha permite identificar, en cada una de las distintas zonas en las que el técnico de prevención ha decidido dividir el edificio objeto de estudio, los factores que pueden afectar a la CAI. Entre otros aspectos, se tiene en cuenta:

  • La distribución del espacio, si la oficina es cerrada, un área abierta o un recinto separado con mamparas, etc. afecta al ruido, a la temperatura y a la distribución lumínica.
  • El grado de ocupación: Las dimensiones de las áreas de trabajo en relación con el número de personas que las ocupan. A mayor ocupación, mayor deberá ser la tasa de renovación de aire a través de la ventilación.
    Una renovación del aire deficiente en un local de trabajo puede dar lugar a problemas de olores, aire viciado, alergias e incluso falta de confort térmico, por eso es importante conocer el grado de ocupación del local.
  • La correcta ventilación, climatización e iluminación de la zona
  • Posibles focos de contaminación: por ejemplo la presencia de algún punto cercano de recogida de basura, la presencia de alguna fotocopiadora, impresora láser o sistema de desinfección del aire que genere ozono (ozonificadores). El ozono provoca irritación de las vías respiratorias y de las mucosas oculares.
  • Humedades en paredes o techos, pueden dar lugar a la proliferación microbiana, especialmente mohos, que son fundamentalmente hongos microscópicos que se desarrollan muy bien en ambientes cálidos y húmedos, y que son capaces de producir toxinas (micotoxinas), algunas de las cuales pueden afectar al ser humano.
    Además, pueden desprender olores debido a la producción de compuestos orgánicos volátiles microbianos (COVM), como el 6-pentil-α-pirona, que origina un olor a “mohoso” desagradable. La exposición de los trabajadores a mohos puede causarles síntomas como dolor de cabeza, congestión nasal, irritación de los ojos o resuello. Otras personas que tienen graves alergias a los mohos pueden experimentar reacciones más severas.
  • Falta de limpieza (polvo, recogida de basuras…)
  • Presencia de los siguientes materiales en el mobiliario, paredes, techo o suelos: Moqueta o textil, madera, papel o suelos de materiales graníticos. Los materiales de construcción (pinturas, adhesivos, placas de techo, recubrimientos de suelos), muebles y decoración de un edificio pueden emitir COV.

Ficha 3: Aspectos relacionados con el trabajador
Con esta ficha se busca obtener información relativa a los factores de riesgos relacionados con la CAI que puedan afectar de manera individual a cada uno de los puestos de trabajo. Por ejemplo:

  • El confort térmico y de ventilación es uno de los factores más relevantes a tener en cuenta. evitar las temperaturas y las humedades extremas, los cambios bruscos de temperatura y las corrientes de aire molestas.
  • Adecuar la temperatura a la actividad desarrollada y a factores como la edad o la constitución corporal.
  • Posibles molestias por ruido
  • La correcta iluminación del lugar de trabajo

Pequeñas fluctuaciones en estas variables, motivadas por factores intrínsecos o extrínsecos al propio edificio, pueden deteriorar considerablemente la calidad del ambiente y elevar de forma importante las molestias de los trabajadores.
Descarga el documento de Calidad Ambiental Interior en oficinas aquí: cai-oficinas

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